El coaching norteamericano, también conocido como coaching americano, surgió de la figura de Thomas Leonard, pionero en el desarrollo del coaching profesional. Fundó la International Coach Federation (ICF) y la International Asociation of Coaches (IAC), así como la Coach University y el portal CoachVille.
El coaching norteamericano se caracteriza por incentivar la autoestima, motivar a la acción y desafiar a los clientes a dar lo mejor de si mismos. Este enfoque más pragmático del coaching norteamericano comparado al coaching europeo y el coaching ontológico ha contribuido positivamente a su difusión en todo el mundo, aunque sus detractores resaltan que le falta profundidad para realizar un verdadero aprendizaje transformacional.
Metodología de la escuela de coaching norteamericano
La metodología de la escuela de coaching norteamericano se basa en modelo 15×5. 5 elementos interrelacionados (competencias, clarificadores, productos, marcos y puntos de estilo) compuestos cada uno por 15 items:
Las 15competencias
Las 15 competencias recogen las habilidades básicas que debe desarrollar el coach para llevar a cabo una sesión con éxito:
- Generar conversaciones provocadoras en sesiones cortas, escuchando al cliente, cuestionándole, haciendo preguntas adecuadas, buscando claridad.
- Facilitar el autodescubrimiento, porque cuanto mejor se conoce uno a sí mismo, mejores decisiones puede tomar.
- Sacar lo más grande, pidiendo al cliente que piense y actúe a lo grande, que suba el listón y sus estándares.
- Disfrutar inmensamente del cliente. Cuando el coach disfruta con un cliente, se desarrolla un alto grado de confianza de forma natural. Los clientes corren más riesgos, avanzan más rápidamente.
- Ampliar los esfuerzos del cliente, actuando como catalizador y acelerador.
- Navegar vía curiosidad, dejarse guiar por ella, para que se produzca el aprendizaje en un doble sentido, ya que el coach también aprende de su interrelación con el coachee.
- Reconocer la perfección en cada situación. Una forma de ver la vida es creer que todo lo que sucede, sucede por una razón perfecta.
- Poner rumbo a lo más importante. Dependiendo del momento, lo que es más importante para el cliente cambiará. El coach es rápido para identificar esta diana móvil y flexible para ajustar el Coaching para que sea efectivo en ese nuevo camino.
- Comunicar claramente. Los coaches trabajan para limpiarse de prejuicios, juicios, necesidades insatisfechas, deberías, podrías, discursitos, agendas, arrogancia y miedos.
- Contar lo que percibes. Cuanto más a menudo y más fácilmente un coach pueda compartir lo que ve, siente y escucha, añade mayor valor para ese cliente.
- Ser el hincha del cliente. Cuando el coach se convierte en un hincha del cliente a todos los niveles (incluyendo sus acciones, progreso, sueños, características, compromisos, dones y cualidades), el cliente incrementa sus probabilidades de éxito.
- Explorar nuevos territorios. El coach amplía la forma de pensar del cliente tejiendo nuevos conceptos, principios y distinciones durante la sesión, e invita al cliente a probar nuevas formas de hacer las cosas, incluso identificar nuevas metas o resultados.
- Saborear la verdad. Siempre hay una verdad que, cuando se descubre y se articula, puede transformar la vida o el negocio de una persona.
- Diseñar un entorno favorable. El éxito, por no mencionar la evolución personal, puede ser sostenible cuando existen entornos y estructuras de seguridad que lo apoyan.
- Respetar la humanidad del cliente. Todos tenemos límites, tanto internos como externos, el coach sabe esto y lo respeta.
Los 15 clarificadores
Los 15 clarificadores, aclaran el fundamento de lo que expresa el cliente, permitiendo así que el Coaching se oriente hacia lo que en cada momento resulte más importante:
- Urgente vs. Importante, ¿efecto bombero? Lo importante es lo que sufre.
- Afrontar vs. Evitar ¿hacer frente o arte de magia?
- Hecho vs. Interpretación ¿Realidad o fantasía?
- Aceptar vs. Resistir.
- Referencia interna vs externa. ¿Locus interno o locus externo de control?
- Deseo vs. Necesidad ¿Quiero o debo?
- Oportunidad vs. Posibilidad. El éxito es la realización progresiva de una visión.
- Fuente vs. Sintonía. ¿Origen desde la visión sistémica o una causa?
- Abriendo vs. Compartiendo.
- Respuesta o reacción ¿Valida opciones o impulsividad?
- Crear vs. Eliminar.
- Problema vs. Preocupación.
- Aceptación vs. Resistencia.
- Dirigiéndose a vs. Huyendo de.
- Presente o pasado.
Los 15 productos
Los 15 productos recogen las diferentes aportaciones que el coach puede, en un momento dado, hacer a su cliente. El objetivo es que éste pueda aprovechar la colaboración.
- Nuevas perspectivas.
- Validación.
- Un mensaje.
- Energía.
- Solución.
- Un plan de acción.
- Estructura.
- Recurso.
- Opciones.
- Apoyo.
- Aprendizaje.
- Consejo.
- Estrategias.
- Feedback (retroalimentación).
- Desafío (reto).
Los 15 marcos
Los 15 marcos, como puede verse, recogen las creencias en las que se mueve el coach, aquellas que le dan poder para ampliar los mapas mentales del cliente:
- Todo se puede solucionar… o no.
- Siempre se puede disminuir el riesgo.
- Siempre hay una forma mejor.
- El éxito es un efecto.
- Las emociones nos enseñan.
- Posponer tiene un coste.
- La intuición es una forma elevada de inteligencia.
- La respuesta existe.
- La confianza en sí mismo se construye.
- Todos tenemos ideas.
- El trabajo se puede disfrutar.
- Los problemas son oportunidades.
- La gente siempre de a lo mejor de sí mismo.. aunque no siempre lo haga.
- La conciencia une. Es posible comprender verdades más allá.
- La vida es sobre nosotros, pero no te lo tomes de una forma personal.
Los 15 puntos de estilo
Los 15 puntos de estilo, que recogen la forma en la que el coach debe relacionar con el cliente, para que la relación de Coaching sea fructífera:
- Percibir correctamente lo que el cliente expresa.
- Responder claramente.
- Tomar en serio las preocupaciones del cliente.
- Articular de manera simple.
- Ser ligero y neutro.
- Colaborar.
- Saber recibir y transmitir simultáneamente.
- Comunicar plenamente.
- Mantener el ritmo.
- Saber escuchar “entre líneas”.
- Utilizar palabras fácilmente inteligibles.
- Estar seguro de sí mismo.
- Estar centrado en el cliente.
- Sentirse cómodo con los problemas.
- Estar “con” el cliente.
Bibliografia: Ortiz, M. (2010) «Psicología y coaching: marco general, las diferentes escuelas». Capital Humano 243:56-68.